miércoles, 29 de abril de 2009

Jardines colgantes (canción)


Tengo la piel de un silencio
no aquel que en los muelles reina
Un pecho tatuado es indicio
de fuego apagadas las velas.

Hay en mis ojos dunas de sal;
De beber sus pupilas inertes
Aún si existir decide la muerte
jardines colgantes mundo nos das.







De Magnus Valor

jueves, 16 de abril de 2009

Gérard de Nerval


























A ratos vivo alegre igual que un lirón este poeta loco, amador e indolente, y otras veces sombrío cual Clitandro doliente... cierto día una mano llamó a su habitación. ¡Era la muerte! Entonces él suspiró:"Señora, dejadme urdir las rimas de mi último soneto". Después cerró los ojos -acaso un poco inquieto ante el frío enigma -para aguardar su hora... Dicen que fue holgazán, errátil e ilusorio, que dejaba secar la tinta en su escritorio. Lo quiso saber todo y al final nada ha sabido. Y una noche de invierno, cansado de la vida, dejó escapar el alma de la carne podrida y se fue preguntando: ¿Para qué habré venido?